Con frecuencia me gusta compartir anécdotas sobre mi experiencia en países de habla inglesa.
Ilustrar con ejemplos muchas de las cosas que explico para ayudarte a identificar lo que aprendes en el aula con situaciones reales que YO misma he vivido.
Uno de los consejos que suelo repetir es que busques oportunidades en las situaciones cotidianas para sacar el máximo provecho de aprendizaje.
A menudo pasamos por alto verdaderas clases magistrales GRATUITAS, cuando solo tenemos que abrir los ojos y las orejas y dedicar un poco más de tiempo a aquello que hacemos de manera rutinaria y automática.
Cuando vivía en Dublín solía ir al supermercado a diario, a veces tan solo a comprar un kilo de arroz o un paquete de galletas.
Enseguida me di cuenta de que ir a la compra podía convertirse en toda una oportunidad de aprendizaje si lo hacía de manera un poco más consciente, y empecé a observar con detenimiento las etiquetas de cada envase, lata, etc., el nombre de cada verdura, pescado…
Me di cuenta de que si me paseaba por el súper media hora al día podría ir ampliando mi vocabulario sobre alimentos y otros productos de consumo sin apenas esfuerzo.
Lo mismo empecé a hacer cada vez que iba a una cafetería o restaurante.
En lugar de limitarme a pedir lo que conocía de la carta, empecé a preguntarme (y a preguntar) qué eran el resto de propuestas gastronómicas que ofrecía el menú.
Jamás aparecieron en mis libros de texto palabras como chickpea, leek, rashers, seabass, fudge, s’mores, scones y, sin embargo, se trata de palabras que podrían surgir en cualquier situación cotidiana con un hablante nativo.
Por cierto, ¿sabrías decir cómo se llama el pasillo del supermercado? (Advertencia: ¡no es corridor!) ¿Y la sección de pescadería?
Si no has podido vivir una experiencia de inmersión lingüística, puedes aplicar una estrategia similar en tu propio país.
La CURIOSIDAD es un arma extraordinaria para aprender; busca uno o dos productos cuyo nombre desconozcas en inglés cada vez que vayas al súper o a comer fuera de casa y, a continuación, investiga o pregúntate cómo lo dirías en inglés.
Y haz la lista de la compra… in English!
Después, como siempre, busca la forma de utilizar esas palabras en la primera ocasión que se te presente para anclarlas a tu «disco duro».
«La curiosidad es un arma extraordinaria para aprender».